Esta tecnología nos facilita la vida continuamente, sin embargo actualmente tiene un coste medioambiental elevado, ya que buena parte del material del que están hechos los aparatos electrónicos no es recuperable y, mucho menos, biodegradable. Para cambiar esta realidad, un equipo del Instituto de Ciencias de Materiales de Madrid (ICMM-CSIC) trabaja en el desarrollo de un material nuevo para la electrónica, que cuenta con la ventaja de ser biodegradable.